Cuando uno está de viaje, no suele tener tiempo para contestar personalmente todos los mensajes de familiares y amigos que preguntan: "¿qué tal te va?", "¿qué has visto?", "¿comes bien, hijo?"...
Por lo tanto, decidí abrir este blog, con espíritu de video-blog, para que todos me tengan localizado y mi madre no sufra por no ver a su renacuajo...
No es que me a mi me guste demasiado hacer el payaso en vídeos..., pero creo que a vosotros si que os gusta verme hacer el indio por parajes remotos...
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martes, 25 de noviembre de 2008

Capítulo 16: ¿Whisky o muerte?

En la zona Este de Laos, junto a la población de Phonsavan, se encuentran unos de los restos arqueológicos más enigmáticos de este continente, la “Plain of Jars”. Se trata de cientos y cientos de jarras de piedra, con un peso aproximado de una tonelada cada una de ellas, que se encuentran diseminadas a lo largo de un valle. Hasta ahora, los arqueólogos no han llegado a ponerse de acuerdo en cual era la función de estas monumentales jarras construidas hace más de 2.000 años, aunque hay dos teorías que son actualmente las más apoyadas. Una de ellas defiende que estas jarras no son otra cosa que inmensas urnas funerarias donde los habitantes de la tribu Mon-Khemer, que poblaba estas tierras por aquel entonces, realizaban el tránsito a una nueva vida. Esta teoría cobra fundamento porque se han encontrado restos humanos en algunas jarras, aunque no en todas, sólo en unas pocas, lo que hace que tenga también sentido la otra teoría, que afirma que estas vasijas eran utilizadas como recipientes para la conservación de whisky.

Desde luego las dos teorías pueden ser igual de válidas, pero no deja de ser curioso que sean tan distintas una de la otra. Además, si nos paramos a pensar durante un momento que estas jarras realmente se utilizaban para la conservación de whisky, enseguida nos damos cuenta de una cosa: que esta tribu debería considerarse la más borracha de la historia de la humanidad. No olvidemos que se tratan de jarras de casi una tonelada cada una, que existen cientos y cientos de ellas y que a día de hoy todavía se siguen encontrando nuevas jarras todos los días. Sin contar de hecho con los cientos de recipientes que fueron destruidos por el ejército norteamericano durante la guerra de Vietnam, ya que esta zona servía de refugio al Vietcong y fue duramente bombardeada por los americanos. Por lo tanto, si sumamos todo esto, me salen miles y miles de litros de whisky los que esta buena gente ingería de forma descontrolada, así que por muchos habitantes que tuviera la zona, me parece un esfuerzo casi titánico la capacidad de ingesta de alcohol que poseían estas gentes. Además, dice mucho de sus prioridades vitales el hecho de que los únicos restos que han llegado hasta nuestros días sean estas cubas. Ni casas, ni herramientas de labranza, ni nada, sólo lo más importante, las vasijas de whisky. Menudos borrachines tenían que estar hechos, no me quiero ni imaginar cómo serían las celebraciones, tocando a casi una tonelada de whisky por escote. Seguramente carecían de capacidad para defenderse de sus enemigos, y desde luego no nos han dejado ningún rastro más de civilización por ninguna parte, pero seguro que ellos mismos pensarán: “que nos quiten lo bailao”.

A mi me gusta pensar que las dos teorías son complementarias. Con esas cantidades industriales de alcohol circulando por una población en estado permanente de embriaguez, no es de extrañar que más de uno acabara sumergido en el fondo de estas jarras completamente ebrio (por otra parte, la muerte más dulce imaginable para esta cultura, me imagino). Eso daría sentido a las dos teorías y explicaría por qué hay restos humanos en algunas jarras pero no en todas.

Quizá las dos teorías lleven razón. O quizá ninguna de ellas acierte. Pero pensar en una civilización que vivió borracha para el resto de sus días, y que ese es precisamente el legado que nos han dejado, me parece por lo menos para dedicarle unos minutos de reflexión.

Besos.

6 comentarios:

cesar dijo...

Increíble. Así que Obélix era vietnamita!!

La verdad viaja con vosotros, quizá no en el bolsón de la cámara, ni en el bolsillo de las pocas monedas. Pero revolotea por allí, eso seguro ;-)

Anónimo dijo...

Señores, benditos míos, indochinos de mi corazón, Jes de mi devoción.

Dado que mis (interminables) horas delante del ordenador se corresponden con mi (interminable) jornada laboral, donde no tengo acceso a contenido multimedia adjunto, y que fuera de aquí practico la desintoxicación informática, me proclamo un desactualizado de vuestras aventuras... hasta hoy!!!

Aunque limitándome a la decimonónica versión escrita, acabo de consumir 8 euros/hora de salario para ponerme por fin al día. Y nada mejor que subirme al carro de la actual moda intervencionista para intervenir en este blog, aunque sólo sea para decir: ya escribiré yo también algo.

Abrazos piratas!

gonza

PS: reconozco que me he vuelto tan devoto de los post de Jes como de los comentarios de César.

Anónimo dijo...

Si la teoría que planteas es cierta, parece que estos yacimientos confirman que el botellón no lo inventaron los jóvenes de las últimas décadas, ya existía una civilización que lo hacía hace 2.000 años!! Si es que todo está ya pensado y creado desde muuchos años... y luego nos creemos innovadores.
¿Qué dia llegáis a Madrid?
Besos!

cesar dijo...

Gracias Gonza!

Y lo del día, ya nos avisarán... cuando sepan si vuelven!!!

Anónimo dijo...

Ya, la verdad vaya preguntas se me ocurren... bueno, al menos cuando tenían previsto volver...
Un besico César

Tom Brunno dijo...

Pues seguro que un cadaver humano le da saborcillo al whisky, eso es como echar un gato muerto en una cuba de vino ...mmmm delicioso