Estos lugares, también conocidos como autobuses, taxis y centros comerciales, ofrecen un clima ideal para el establecimiento de colonias permanentes de pingüinos y osos polares, pero dudo mucho que sean demasiado sanos para seres humanos (salvo esquimales y supervivientes de la posguerra). Desde luego aquí han descubierto el aire acondicionado, y al parecer, les encanta, porque no me puedo explicar cómo un taxista puede pasar 8 o 10 horas bajo esas temperaturas invernales y en manga corta. Es posible encontrarte con diferencias de hasta 20 grados centígrados entre el interior y el exterior. Quizá pensaréis que estoy exagerando, pero este es el único punto del mundo donde las gafas se me empañan al salir a la calle y no al entrar a los sitios.
Jamás pensé que aquí fuera a echar de menos un plumas, pero hace unos días viajamos en un autobús donde, a pesar de ir abrigado con una chaqueta de lana, pasé más frío que en un invierno conquense (y creedme, en Cuenca, en invierno, hace mucho frío). Lo peor de todo esto es que en el exterior podía haber una temperatura de 35 grados, así que no deja de ser curioso que Tailandia sea uno de los países donde he pasado más calor y más frío.
Mañana partimos hacia Camboya, desde allí escribiré el próximo capítulo. Hasta entonces sed majos y tened cuidado con los monos.
Besos.

3 comentarios:
Eso del aire acondicionado me recuerda al frío glacial de los trenes en Egipto. En fin, los que pueden pagarse aire acondicionado quieren que se note...
Pero no te tomes a broma lo de los monos. Son unos animales coléricos y sin escrúpulos. Guardad bien las carteras!! Un abrazo muy fuerte desde estas tierras donde te hielas fuera y te achicharras dentro ;-)
Por aquí no hace falta tener cuidado con los monos y más teniendo en cuenta que Dani, Pita y tú estáis fuera.
La anónima irónica
Había perdido la dirección de tu blog, y hoy la he encontrado por casualidad. Así que no he tenido más remedio que meterme los trece capítulos de un tirón. Vamos, que la cosa ha sido como leer el "Ulises" de Joyce (solo que en divertido y con monos exóticos). Pues nada, a pasarlo bien y ya nos vemos a la vuelta (por cierto: soy el dire de mi apodo)
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